Hay hombres que se convierten en leyendas y que, como tal, merecen ser recordados; ese es el caso de Kurt Cobain, líder del grupo de grunge Nirvana, quien murió un día como hoy pero de 1994 a causa de un disparo en la cabeza; para algunos, un artista sobrevalorado, para otros un ídolo, lo cierto es que Cobain es un ícono que encarnó los ideales del rock hasta su muerte plasmandolos en su nota de suicidio.
El cuerpo del cantante fue encontrado el 8 de abril de 1994 junto con su nota final dirigida en el encabezado a “Boddah”, el amigo imaginario que lo había acompañado desde su niñez, y a su esposa Courtney Love y su hija Frances. En la carta, kurt se describe como una persona sensible que perdió el interés por escuchar o crear música, y por leer y escribir; además se menciona agradecido por haber tenido la oportunidad de entretener a tanta gente; “…I appreciate the fact that I and we have affected and entertained a lot of people…” Por otro lado menciona que no cree justo tratar de engañar a los demás haciendolos creer que se está divirtiendo al 100% “…The fact is I can’t fool you. Any one of you. It simply isn’t fair to you or me…”
En el escrito describe también la admiración por el amor y gozo que Freddie Mercury tenía hacia el público, cosa que él no sentía. Kurt cerró escribiendo una parte de la canción My, my hey hey del músico canadiense Neil Young: “remember, it’s better to burn out than to fade away…” que se traduce como: “recuerden, es mejor consumirse que desvanecerse”.
Así fue como se despidió un grande del grunge a quien mucha gente admira hasta el día de hoy y a quien recordamos no por su muerte, sino por los ideales que mantuvo vivos con su música y hasta su muerte. Kurt Cobain pasó a formar parte del llamado Club de los 27 por haber muerto a esa edad al igual que otras estrellas del rock como Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison.